Quien vive en la opulencia, suele caer en totalmente lo contrario, y adorar la miseria.
Esto se produce cuando el individuo cansado de obtener todo lo que quiere, busca nuevas sensaciones, y ve bella la miseria al carecer de todo y no poder conseguir lo que se quiere, es como un juego para el que todo le sobraba, y siente hasta placer al estar en contacto con la pobreza.
Es un estado enfermizo, a causa de haber vivido disfrutando de todo, y ese todo no ha podido cubrir necesidades tan básicas, como el afecto, el compañerismo, y cosas que el dinero y la opulencia dejan completamente anulados.
No podemos amar la miseria por que carezcamos de riquezas humanas, hay que encontrar el termino medio, y jamas promocionar la miseria, no tener nada nunca será bueno, aunque en ella aparezca el nicho de bondades humanas.
Es desde un mundo sano donde se encuentran los mejores sentimientos, y no desde la enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario