Tu decides si quieres ser una máquina o una persona, si sigues las modas, los gustos que todos tienen, haces lo que todos hacen, y decides lo que todos deciden, te has convertido en una máquina.
Cuando las personas son máquinas, tienen el mismo fin que ellas, producen viven una producción exultante, son cuidadas y mimadas, hasta que son sustituidas por otras mejores, o son reventadas y destrozadas, por su uso totalmente de carácter explotador, donde es fácil sustituir por otra nueva, de las mismas características.
No seamos máquinas, no comamos cualquier cosa para alimentarnos, exijamos calidad, no usemos ropas sin calidad para abrigarnos, no vivamos en casas que son infraviviendas, y paguemos millones por ellas. Neguemos a todo aquello que no sea de calidad, pues si nos piden calidad en el trabajo, pidamos nosotros calidad de vida.
Si todos respetamos nuestra dignidad como personas, ayudamos, a que el mundo cambie.