viernes, 21 de octubre de 2011

Diagnosticar y calificar.

No se puede diagnosticar,  sin calificar. La calificación nunca es sencilla, partimos de muchos parámetros, que constantemente pueden estar cambiando, y si no cambian y están estáticos, el diagnostico puede ser escalofriante. Cuando el diagnostico está muy claro, es sencilla también la clasificación. El problema aparece, cuando la clasificación del problema no está claro, por lo que el diagnostico se alarga, y tambien crece el problema. Es trabajar contra reloj, pero este proceso no se puede evitar. El trabajo es más intenso, y la ayuda de otros profesionales se hace necesaria, depende del problema, es necesario una mayor intervención de numero de profesionales. Tendemos a tratar todos los problemas por igual, pero hay momentos que se requiere de un grupo multidisciplinar, o de más personas para ciertos problemas. Pensamos que es imposible que algo salga mal, pues muchas veces la experiencia traiciona, y se comparan con casos que en realidad no tienen nada que ver. A todo hay que darle su tiempo, y para calificar, hay que tener tiempo y templanza.