Las personas estamos dominadas por nuestra sexualidad y solo el ser racional que tenemos dentro cada persona nos hace sacar el mejor provecho de la misma.
Sí separamos el cerebro de los órganos sexuales nos convertimos en bestias sexuales, y monstruos sin control donde las personas pueden cometer las mayores atrocidades por conseguir el placer que les proporciona el sexo, y es que el placer no lo da el sexo lo da la conjunción del cerebro sano junto a una sexualidad formada e inteligente llena siempre emociones positivas.
Y aquí aparece también todo lo contrario que nuestro cerebro enfermo puede dar lugar al morbo y el dolor donde en la descomposición del ser humano en su forma más destructiva siente un placer falso, al no haber conocido un placer verdadero, por grave enfermedad mental, donde cree que el sufrimiento es placer sexual.
Por ello es muy importante saber si una persona disfruta de una sexualidad donde el cerebro, la inteligencia, y el placer crean personas agradables y que sólo pueden dar amabilidad y buenas formas porque han sentido en sus cuerpos un regalo que solo consiguen aquellos, que se esfuerzan cada día por ser mejores con sus semejantes.
Sí las personas comprendieran que el sexo va ligado a personas íntegras, y brillantes. Y que ese mismo sexo destruye a las personas más miserables y con comportamientos más indeseables.
Nos daríamos cuenta que no hay mejor Juez que el sexo para juzgar a las personas.
