Dicen que saber trabajar bajo presión es un punto a favor, si la persona siente presión es incapaz de realizar nada bien, luego consiste en ignorar la presión, ¿qué merito tiene eso?. No consiste en ignorarla, sino en saber gestionar un momento limite, sin la necesidad, de recurrir a fuerzas de esfuerzo inútiles, y sin poder procesar con claridad lo que queremos hacer.
Meditemos unos minutos, pararse en seco, cuando todo nos sobrepasa, y templar el ambiente es fundamental, pensar con claridad nos proporcionará más ayuda, que tomar decisiones rápidas y precipitadas.
La presión no es buena, se puede dar por circunstancias, pero jamás hay que provocarla, los daños colaterales pueden ser irreparables.
La presión es utilizada por los más débiles, ante otros que superiores a ellos, en formación y fortaleza, pero si alguien posee estas virtudes la presión se convierte en reto, y el perjudicado es el que ejerce la presión, es lo que llamamos cavar su propia tumba.
Como siempre una presión creada, para destruir a otros destruye siempre al que la crea.