Nos dedicamos a repetir, una y otra vez lo que es evidente o lo que llamaríamos sentido común.
y es que hay quien lo oiga hasta la saciedad está sordo y ciego, no lo escucha y el que trasmite sigue regalando sus palabras solo aquel que ya tiene conocimiento de cuanto dice.
Nos regalamos una y otra vez lo que pensamos, entre los que pensamos, no podemos obligar a nadie a pensar, luego el porcentaje que queda fuera del pensamiento lógico, solo puede ser conducido a la parcela donde el quiere entrar, no aquella a la que necesita entrar para crecer.
Si fuese tan sencillo como enseñar y aprender, no tendríamos problemas de entendimiento, ni de percepción de distintas realidades, pero hay personas que su realidad se reduce a su entorno, y le es imposible ver el conjunto, por ser su entorno más próximo todo su conjunto de aquello que percibe como real y valido.