Pero la sexualidad es otra cosa que las personas andan confundidas, el sexo es una erramienta estabilizadora de nuestro sistema psicológico y niveles ormonales que nos hacen ser quien somos, en un estado de salud óptimo.
La sexualidad no tiene nada que ver en este aspecto con la reproducción que si coincide estamos bordando el tema, pero no es el caso de la sexualidad en las personas, cuando no coincide con la de los animales.
La gente ante el conflicto de lo que siente, y lo que representa el icono de sexualidad y reproducción se pinza, y cae en el error, de conseguir esa pareja perfecta, que solo existe en el imaginario, o en un grupo determinado de personas.
Empecemos que somos animales pero en realidad tenemos muy poco que nos acerque a ellos, ya que el animal está muy cerca de la bestia y el humano tiende a un nivel más elevado que no tiene nada que ver con ella.
El sexo mal entendido como lo perciben los animales da lugar a la aberración y distorsion del mismo, que nos acerca a la bestia.
Sí lo utilizamos en sus distintas facetas pero acorde a nuestro intelecto y corazón, surge el sexo que nos lleva a lo más alto en la esfera del ser a niveles superiores. Cuando desconectamos el intelecto, nos lleva a los niveles del animal.
Luego no es necesario hacerse operaciones para parecer aquello que creemos que es la norma, estaríamos afirmando que estamos mal hechos.
No todos estamos sexualmente perfectamente hechos y biológicamente también.
Debemos aceptar que quien nos quiera nos querrá tal y como somos, sin cambiar nada de lo que tenemos tanto físico como psíquico.
Es como aquel que tiene una serie de capacidades para ver el mundo que no tienen otros, y es que el mundo es como lo percibimos. Y eso hace que sea un mundo diverso, pero sin tocar jamás su esencia. Sí aprendemos a vivir con lo que tenemos, aremos mundos donde el aburrimiento sea una anécdota, porque si hay algo que nos mata silenciosamente es la desidia.