Llega el color a la calle, llegan los olores de la vegetación, suena la música celestial de los pájaros.
Y los cuerpos despiertan de pronto con más fuerza a la vida.
Algunos perciben la estación de forma distinta y caen en depresión y otros al canvio de estación mueren, consecuencia de este regalo de vitaminas que nos proporciona la naturaleza, el enfermo empeora y el sano florece.
Es la selección natural, por lo que estar atento, a nuestros cuerpos es muy importante, saber que lo que nos pasa no es causa directa de lo que hagamos, y que debemos estar preparados para aprovechar la situación o tomar medidas para poder afrontar y superar la ola.
Una vez superada entramos en aquello que llamamos vida, con nuevo ímpetu y con refuerzo vital.
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