El mundo en el que vivimos no responde a las realidades, pues los problemas de las mismas, no son solucionados con los recursos que solucionarían los mismos.
Damos soluciones que parchean constantemente, la vida de las personas, ayuda no es ayuda, cuando las personas no progresan sino que quedan estancadas en un limbo donde no pueden salir, ni avanzar, solo les ayuda a permanecer en el mismo punto, vegetando, sirviendo a otros pero sin esperanzas de progresar en sus vidas, de ver la vida en todo su esplendor, gozando solo de pequeñas cosas.
Y es que la vida no esta compuesta solo de pequeñas cosas, hay medianas y grandes cosas, y todos tenemos el derecho de poder conseguir aquello que dentro de nuestro limitado alcance puede ayudarnos a progresar y a ver la vida en toda su amplitud, sin quedarnos encallados y ensimismados contemplando el mismo paisaje por tiempo indefinido. La vida es para disfrutarla, no para soportar de la mejor manera el estar vivos por este mundo.
Ayudemos a los que tienen el problema de no ver más allá por culpa de su pobre situación, es muy triste que intentemos solo convencerles que el mundo es solo aquello que ven, y no lo que aún pueden descubrir.
viernes, 26 de septiembre de 2014
sábado, 13 de septiembre de 2014
El todo vale
Todo vale no vale, cuando todo vale, estropeamos lo que vale, y nada vale.
Reiteración, o no, pero debemos separar lo bueno de lo malo, sino la fruta se pudre toda.
Vivimos en un entorno, en el que no desechamos nada, pero aún que duela hay que hacerlo, el aprovecharlo todo si es licito. Pero esto no tiene que justificar que todo vale.
Hay cosas que se pueden aprovechar pero otras que no. Sacar el mejor rendimiento de todo es la meta, pero no podemos perder el tiempo en aquello que nos impida avanzar.
Las prioridades se complican cuando hacemos más caso a nuestras vísceras que al intelecto.
Las vísceras nos recuerdan aquello que queremos y necesitamos, pero nos confunden con lo que de verdad necesitamos, nuestras necesidades muchas veces son falsas o inexistentes.
Reiteración, o no, pero debemos separar lo bueno de lo malo, sino la fruta se pudre toda.
Vivimos en un entorno, en el que no desechamos nada, pero aún que duela hay que hacerlo, el aprovecharlo todo si es licito. Pero esto no tiene que justificar que todo vale.
Hay cosas que se pueden aprovechar pero otras que no. Sacar el mejor rendimiento de todo es la meta, pero no podemos perder el tiempo en aquello que nos impida avanzar.
Las prioridades se complican cuando hacemos más caso a nuestras vísceras que al intelecto.
Las vísceras nos recuerdan aquello que queremos y necesitamos, pero nos confunden con lo que de verdad necesitamos, nuestras necesidades muchas veces son falsas o inexistentes.
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