El poder no debe estar en manos de cualquiera, la historia nos muestra el terrible problema que es, que el poder caiga en manos poco apropiadas. El poder es para quien lo merece, para quien lo sabe aprovechar, el poder no se compra, no se regala ni se vende. El poder se gana, el poder se demuestra, y el poder a de ser limpio. El poder reside en la limpieza, en la virtud, en la fuerza, en la tolerancia acompañada de ingenio, de alegría, de voluntad, de formación y eterno aprendizaje.
El poder pertenece al ser poderoso, a la persona capaz de escuchar y de saber cumunicar, aquel que sabe en cada momento, donde está su sitio y el sitio de los demás, el que sabe porque suceden las cosas, y estudia porque suceden otras.
Es un maestro, y no un rico adinerado, que aunque puede también serlo, no necesita de dinero para mover montañas, sino de su buen juicio, y de la ayuda de todos que como el posee el poder, de manejar el poder de forma productiva, ayudando a que este mundo día a día sea un poco mejor.
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