Nunca hay que darse por vencido, y comodamente limitarnos a ver aquello que nos dejan ver, sin luchar por ver más lejos de lo que la vista nos alcanza. Nunca perdamos la curiosidad de aprender, de saber por que sucede cada cosa que pasa en nuestras vidas, sean lo simples que sean, pero saber el porqué siempre nos ayudará a mejorar nuestra calidad de vida.
Cuando envejecemos perdemos curiosidad, y nos limitamos a ver aquello que nos muestran, hemos perdido la capacidad de investigar, eso es lo que produce un mayor deterioro, de todo cuanto está compuesto el ser humano, físico y psíquico. No duele por ser viejo, duele por que hay algo que te causa el dolor, no se te olvida por ser viejo, sino porque perdiste el interés en recordar ya hace mucho tiempo.
Ver nuestras limitaciones, y conocerlas nos ayuda a luchar contra ellas. La vida es un reto constante, y no entiende de aquel que se rinde, y la vida no perdona y te engulle.
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