viernes, 28 de octubre de 2011

Conmoción

Cuando una persona sufre una conmoción, también lleva consigo una frustración. De la fustración se puede salir reforzado, o no salir de ella. Depende de los factores externos en los que se mueve el individuo.  Una persona que queda conmocionada por un hecho traumático, necesita que su entorno más próximo, la arrope y comprenda, y le de el afecto necesario, pero si está solo necesitará la ayuda de profesionales. Es algo obvio, pero lo que no sabemos es hasta que punto ha llegado la conmoción, cual es el grado de fustración, y si dispone de los recursos de su propio entorno más cercano para poder salir de la crisis. Algo que parece muy sencillo, y diagnosticamos, con mucha rapidez, puede ser un error. Sencillamente tenemos que valorar la situación, y tranquilamente, y sin tardar mucho, intentar lo antes posible, adaptar el recurso necesario para esa persona. Nunca podemos valorar desde nuestro juicio, pensando que el suceso es de mayor o menor importancia, lo que para unos parece una menudencia, para otros parece un mundo. Debemos ser totalmente asépticos, y analíticos. Imágenes vía web.

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