Vivimos en un mundo donde la risa se hace amarga, donde la sin razón nos quita la calma, donde mirar para otro lado es costumbre y obligación. Donde miedo existe y no inmoviliza.
Cuando aprenderemos que el dinero se inventó para poder convivir en armonía, y no para utilizarlo de forma avariciosa para matarnos entre nosotros mismos, para odiarnos, y maltratar a las personas.
Y es que aún creemos que nuestro vecino es inferior a nosotros, que merece menos por creernos superiores a ellos, sin darnos cuenta que esa actitud no beneficia a nadie.
Seamos lógicos terminemos de comportarnos como menores de edad, y empecemos a ser adultos, formemos a nuestros hijos para que no caigan en los mismos errores, nadie es mejor que nadie, y tenemos que cuidar todos de todos, pues todos estamos en una misma casa que hay que cuidar, y sin ella no podemos vivir nadie, sino cuidamos de lo que tenemos, no hay futuro.
Estamos en el punto en el que todos colaboramos para que nadie se quede atrás, o este mundo se nos acabará para todos.
El dinero es de aquel que lo merece, y el bienestar pertenece a todos, goza de tu riqueza pero cuando no existan personas con necesidades básicas, hay para todos, pero no hay para el egoísmo de unos pocos. Imagenes via web.