Nos complicamos la existencia poniéndonos mentas, algunas angustiosas, otras imposibles, otras con sufrimientos innecesarios, y otras que se quedan en sueños inalcanzables durante toda la vida.
La meta más importante real, posible, y enriquecedora, es aquella tan simple, como el ser mejor un poquito cada día, es como ir descubriendo poquito a poquito quien eres, como es la vida, y como son los demás. Descubrir cosas nuevas cada día, aprender a ser mejor cada día, y esto nos llevará siempre a lugares que siempre hemos deseado, y que jamás habíamos pensado en alcanzar por el método más simple del mundo, la paciencia, la constancia, y el amor a cuanto nos rodea.
Y es que lo fácil nos lo ponemos muy difícil simplemente por nuestra impaciencia, y la obsesión de creer que siempre nos estamos perdiendo algo. Y nada se pierde, solo fluye hacia aquello que tu desees.